¿Dónde reside el verdadero éxito de las marcas?


Todo cambia, incluso hasta lo que consideramos “éxito” ¿qué es el éxito de ahora? La educación, la cultura, los medios de comunicación y la interacción diaria con nuestro entorno, nos hablan de un éxito que suele condicionar nuestros deseos. Socialmente se relaciona a una persona exitosa con factores como el cargo que ocupa, su posición económica, los títulos académicos e incluso el reconocimiento social (premios, críticas, aplausos o alabanzas públicas).

¿Te parece que el componente social es el único factor para lograr el éxito en tu vida? a veces nos resulta difícil darnos cuenta de lo desconectado que están los méritos sociales del verdadero bienestar o de la auténtica felicidad. El reconocimiento social proporciona cierto bienestar, pero no dura mucho y carece de un componente interno para completar una felicidad auténtica. 

“El éxito no tiene que ver con lo que haces sino con quién eres y para que estás en esta vida, se trata de actuar en coherencia con tu propósito y valores”


Para alcanzar el éxito hay que saber qué es y qué supone. El éxito no es un objetivo, es un propósito, un compromiso, no es el final del camino sino la “gasolina” que te lleva a seguir dando pasos por el camino. En definitiva el éxito tiene que ver con el camino y la satisfacción de las cosas que realizamos, que no es más que manifestar nuestra realidad (y no la de los demás) en definitiva nuestro propósito en la vida. 

Para realizarnos necesitamos cumplir nuestro sueño o propósito que significa estar en coherencia con las cosas que hacemos y decimos siempre. La gratificación (interna y externa) de las cosas que realizas persiguiendo tus sueños te dará las pistas en los pasos que das para acercarte a una felicidad auténtica. El éxito reside en disfrutar lo que estas haciendo.

Si aplicamos esta reflexión con las organizaciones, encontramos que las marcas también han evolucionado: del greenwashing o filantropía a las acciones de RSC, de la fama o la imagen a la reputación, del “target o público objetivo” a los stakeholders o grupos de interés, y por último, de los clientes o consumidores a las personas. Es decir, han ido buscando su verdadero propósito, su verdadera razón de ser, su “porqué” y el “para qué” de su existir y ello les ha permitido realizar proyectos con sentido y coherencia.

Actualmente ¿qué significa para las personas una marca exitosa? 
La realidad viene a mostrar que el éxito de algunas de las marcas más poderosas del mundo reside en el cumplimiento de su propósito guiado por sus valores. Así, muchas de las marcas de éxito se crearon hace más de 100 años: 


Otro buen ejemplo es la multinacional Disney World, quien fundamentó su filosofía en cuatro pilares: soñar, creer, atreverse, hacer. Estos pilares le llevaron a realizar sus sueños y propósitos. Walt Disney consiguió poner en practica sus sueños con muchísimo esfuerzo y dedicación mientras el mundo le tachaba de loco. Pero lo más importante no es que lo hiciera él, sino que hoy en día siguen manteniendo esos cuatro pilares para la gestión de la organización.

La forma que tenía Disney de transmitir sus sueños a sus trabajadores era a través de relatos que le servían para atraer a los demás a sus fantasías. De esta forma todos creían en sus sueños, en su propósito y luchaban a su lado para hacerlos realidad y llegar al éxito. Por ejemplo, la construcción del castillo de Disneyland fue lo primero que se construyo para motivar y moldear la imagen del parque en la cabeza de los trabajadores.

El común denominador que tienen las organizaciones mencionadas es que poseen un conjunto identificable de valores, una cultura, un sueño que guía su rumbo desde sus inicios. Sus culturas son muy distintivas y bien conocidas para los que se relacionan con sus marcas. Todas ellas han pasado por momentos difíciles, pero han sobrevivido por su fuerte identidad y cultura que se refleja en los productos y servicios que comercializan y aseguran su éxito en el largo plazo. ¿podemos decir que las nuevas marcas exitosas lo serán de aquí a 50 años?


En definitiva, las personas y las marcas deben, en muchos casos, saber verse desde dentro y esforzarse en entender y expresar sus valores en todo lo que hacen. Estos valores deben ser reflejados en sus acciones y en cualquier elemento de relación con sus diferentes stakeholders. 

Sin duda, los cambios de época nos manifiestan que se abren nuevos horizontes para redefinir nuestra posición actual frente a las cosas. Las marcas deben de tratar de entender este cambio y reorganizarse internamente para poder continuar operando en la sociedad actual y futura. En definitiva, deben evolucionar. Aquellas marcas que actúen en coherencia con su propósito y objetivos, serán las vencedoras y sin lugar a duda las más exitosas y la buena noticia es que algunas ya han iniciado este gratificante camino.

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