Co-Branding Digital: cuando marcas y blogueros se necesitan mutuamente


El mundo online, entre su gran impacto mediático, la moda que genera entre los jóvenes el volverse “influencer” y un sector empresarial que intenta desesperadamente comprender esta tendencia y formar parte de ella, existe una gran verdad: Ser parte de internet no es un juego.

Se dice que “quien no se encuentra en internet, no existe” y esta expresión cobra fuerza y realidad para las empresas e instituciones que luchan por mantenerse vigentes dentro de las conversaciones del mundo digital. Sin embargo, en este camino de aprendizaje, prueba y error, se agrega el factor de la brecha generacional laboral, cuando el joven aprendiz, se vuelve “maestro” de los expertos empresarios.

Ante un panorama temperamental y volátil, existen blogueros que a lo largo de una carrera constante y un excelente trabajo de personal brand, han dominado la opinión pública de un sector. ¿Qué sucede cuando un influencer con estas características, está en desacuerdo con una gran marca? ¿Crisis? Sí, si no se sabe gestionar a tiempo y escuchar.

Un ejemplo clave y trascendente, es el de la bloguera Lovely Pepa vs Vogue

Alexandra Pereira, quien desde hace 9 años fundó su blog de moda, denunció a través de un vídeo en su canal de You Tube, el acoso sufrido por un foro relacionado con la marca Vogue. El resultado: 1,099,236 vistas en el canal. 78 mil likes vs 1,600 dislikes. Y más de 10 mil comentarios. Estas cifras, tan solo en You tube. 


Sin perder de vista que la repercusión fue tal, que el vídeo también se viralizó por redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram. Para después este suceso llegar a los medios nacionales como “El Mundo”, “La Vanguardia” o “La Verdad” y finalmente, sin exageraciones, al mundo entero. 


Bastaron 24 horas, para que un vocero oficial de la Editorial de Modas Vogue, contactará a la bloguera, pidieran a nombre de la marca, disculpas y entablaran acuerdos con la misma. 

Las interpretaciones al hecho pueden ser muchas, lo que es real, es que existía un foro dañando el prestigio de varios fashion bloggers e influencers de moda. Manchando gravemente el nombre de la editorial, como una empresa racista, discriminadora y poco ética. ¿Cómo una firma tan grande, poderosa y preparada acabo relacionada con un foro de contenido tan negativo? ¿Por qué una editorial de moda, atacaría a su propio sector y exponentes? 

La editorial expuso sus razones, entre esas, desligandose de la propiedad de dicho foro. Sin embargo, algo quedó claro, el impacto positivo/negativo que puede generar una polémica en internet y repercutir totalmente en nuestro mundo offline.

 
Por fortuna, Vogue, actúo a tiempo y supo evitar una crisis. Alexandra, recibió las disculpas que merecía como también la apertura a conocer de cerca a la empresa y compartir opiniones. Al final, ambas marcas, son parte de internet y que mejor que en mundo de la moda y social media, todo fluya bajo un emoji de “LIKE” y carita feliz.


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