Esta es nuestra firma y significa todo
Cuando alguien te habla desde su corazón, empatizas con esa
persona. Puedes encontrar puntos de conexión, creencias compartidas, puedes
verte en él o en ella.
Cuando una marca habla (desde sus múltiples formatos de comunicación)
a veces es más difícil conectar porque detrás se encuentra una transacción
comercial de un producto o servicio. Cuando los productos y servicios fallan,
las marcas nos defraudan y cuesta volver a empatizar, sentir y creer en ellas.
Cuando alguien te habla bien de una persona no desconfías ni
te defiendes como cuando una marca te habla de ella misma. Somos seres
gregarios que nos unimos por algo (sangre, clase, genero, ideales, felicidad,
seguridad, etc.). Cuando un amigo te habla bien o mal de una marca le escuchas
y compartes ideas. Las marcas han llenado nuestras vidas de múltiples
experiencias que hemos podido compartir con nuestros seres queridos, con
nuestros colegas, con familiares, amigos, compañeros, etc. y hemos sido
nosotros los que hemos permitido que muchas marcas existan hasta ahora y sean
mejores para nosotros, para nuestro entorno, incluso para ellas mismas.
Nos gustan las marcas porque detrás de ellas existen personas
que también las viven. Odiamos a muchas otras marcas porque nos han fallado y
porque no cumplían con sus promesas.
En la final de la Copa Confederaciones, vi el último spot de Apple en la TV me emocioné mucho. Me metí a YouTube a ver el anuncio otra vez, lo colgué en mi muro de
Facebook y también en el twitter. Después de la emoción, valoré el
trabajo publicitario, de la realización y mientras trataba de escribir el nuevo
post de julio (escuchando otra vez el anuncio desde YouTube) me percaté que, el
que te habla, no era la marca de la compañía (como es típico de cualquier
anuncio publicitario) sino por el contrario, “me estaba hablando un trabajador
de Apple”. Cuando descubrí esto miré el anuncio otra vez y se pusieron los pelos de punta.
Desde mi perspectiva, y sin desmerecer a otras marcas, es la primera vez que veo que una marca cede su protagonismo
a un persona que nos cuenta, a través de un manifiesto, lo que siente por la
empresa en la que trabaja y por la marca que vive:
“This is it. This is what
matters. The experience of a product. How it makes someone feel. Will it make
life better? Does it deserve to exist? We spend a lot of time on a few great
things. Until every idea we touch enhances each life it touches. You may rarely
look at it. But you'll always feel it. This is our signature. And it means
everything.”
“Es así. Esto es lo que importa:
Cómo vives un producto, cómo te hará sentir. ¿Hará que la vida sea mejor? ¿Merece
existir? Dedicamos mucho tiempo a unas pocas cosas, cosas geniales, hasta que
cada idea que tocamos mejore cada vida que toca. Puede ser que a veces no lo
veas, pero siempre podrás sentirlo. Esta es nuestra firma y significa todo.”
Muy aparte de que haya tenido un buen trabajo de redacción y
ejecución publicitaria, en el anuncio de Apple una persona nos cuenta (mucho más allá de que su
empresa es buena o que sus productos son los idóneos) cómo vive su marca por dentro.
Nos está contando con argumentos emocionales (y no racionales) lo que son, nos
están contando la esencia que comparte con sus demás colegas de trabajo.
Cuando alguien te habla desde su corazón, empatizas con esa persona. Puedes encontrar puntos de conexión, creencias compartidas, puedes verte en él o en ella. Cuando una marca habla a veces es más difícil conectar con ella. Hoy, un trabajador de Apple me ha hablado y he conectado con su marca.
Cuando alguien te habla desde su corazón, empatizas con esa persona. Puedes encontrar puntos de conexión, creencias compartidas, puedes verte en él o en ella. Cuando una marca habla a veces es más difícil conectar con ella. Hoy, un trabajador de Apple me ha hablado y he conectado con su marca.