¿Las marcas en la crisis o la crisis de las marcas?



Las marcas blancas o marcas de distribuidor han sabido pelear en la batalla por la elección del consumidor en contra de las marcas de producto. No solo se habla de la buena gestión comercial o de comunicación, en el embate de la crisis española, las marcas de fabricante han tenido que recortar su cartera de marcas de producto, reducir sus presentaciones en los lineales y demás actividades incluyendo las promocionales para seguir en la pelea dentro de un mercado resentido y más racional (debido a factores económicos) en la elección de los productos a comprar para consumir.


¿Cuál es la realidad de las marcas de gran consumo en medio de la crisis? Al iniciar el año 2013, una noticia me llamó la atención, “La marca blanca, a examen” donde se comenta que la Comisión Europea investigará los efectos que las marcas de distribuidor tienen sobre las marcas de fabricante. 

Al parecer, las quejas no se deben a una competencia donde uno pierde y otro gana, sino a una subida en los precios de los alimentos fomentados por las marcas del distribuidor. ¿Cuáles son las consecuencias produce estas acciones de precio? Pese a que es una táctica muy buena para rentabilizarse en un mercado donde los consumidores y compradores tienen la percepción de que eres económicamente más accesible que una marca de fabricante, me parece no muy positivo realizar este tipo de tácticas en un país en crisis. 

Conforme con la noticia, el 22% de las firmas secundarias han desaparecido del mercado de gran consumo y en el sector de yogures solo existen 2 competidores: Danone y las marcas de distribuidor.


El enfoque no es calificar de malo o bueno a unos y otros porque hablamos de marcas que habitan en nuestra vida, mi intención es realizar un llamado al Buen Gobierno de las compañías, ya que poseen marcas con las que la sociedad convive y se alimenta de ellas. Se habla de competencia desleal. El desamor que el consumidor sufrió cuando las marcas de distribuidor demostraron fehacientemente que las marcas de producto gozaban de márgenes muy altos terminó por la elección hacia las marcas blancas. ¿Cuáles serán las consecuencias si la Comisión Europea consigue demostrar que existen prácticas de monopolio dentro del mercado de gran consumo que favorecen a las marcas de distribuidor? Otro desamor… y desde mi perspectiva, uno mucho más fuerte que el primero. El descubrir que las marcas (de distribuidor) que siempre comandaron frases como “La calidad no es cara” o “el precio más bajo con la garantía (de nuestra marca)” terminan incumpliendo sus promesas, y lo que sería más dramático, en medio de una crisis económica donde podrían (pero no lo hacen) capitalizar el valor de su marca hacia el consumidor. Hablamos del primer escalón de la jerarquía humana en la Pirámide de Maslow.

Existen marcas de fabricante que producen para las marcas de distribuidor y también para sus propias marcas ¿Quién es el dueño del precio? ¿quiénes son los dueños de las marcas? Al comenzar este post la pregunta me sigue resonando en la cabeza ¿son las marcas las que tienen que sobrevivir en la crisis? O ¿Es la crisis de las marcas de gran consumo de las que los consumidores tienen que sobrevivir? El tiempo dará las claves para responder a estas preguntas. Sin lugar a duda, este será un buen caso a analizar hasta la pronunciación de la Comisión Europea. 

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